DR. EDWARD BACH
La enfermedad según el Dr. Edward Bach
Para el Dr. Bach, el objetivo principal de nuestra existencia en el plano físico es el aprendizaje trascendental, donde prima el desarrollo y la evolución espiritual de la persona.
Partiendo de esta premisa, la enfermedad supone una oportunidad que se nos brinda para retomar nuestro propio camino de aprendizaje y perfección, en los casos en los que nuestra actitud resulta equivocada y nos aparta del mismo.
Según Bach, el Hombre tiene un Alma/Ser Superior que se sirve del cuerpo (en el plano físico) cómo vehículo para aprender todas las virtudes necesarias para avanzar hacia la perfección, guiándole a través de la intuición, el instinto y la conciencia. Mientras el cuerpo siga sus dictados, se mantendrá sano, como una cañería libre de obstrucciones.
Pero cuando la personalidad se desvía de la dirección marcada por el Alma, se genera
un conflicto entre ambas, y este conflicto es la causa que genera la enfermedad (y la infelicidad).
Además de esta disociación entre Alma y personalidad, la enfermedad también se verá propiciada por la existencia de una actitud de atentado hacia cualquier forma de Amor y creación existente, negando el concepto de unión entre todos los seres vivos.
Bach define 7 defectos o actitudes negativas que llevan al conflicto entre Alma y personalidad, y, por ende, el nacimiento de la enfermedad: el Orgullo, la Crueldad, el Odio, el Egoísmo, la Ignorancia, la Inestabilidad/Indecisión/Debilidad, y la Codicia.
Además de estas causas primordiales, Bach también acepta las enfermedades por causas físicas directas, cómo traumatismos, heridas, excesos, etc. Aunque tal vez también podríamos entender estos hechos “fortuitos y externos” cómo otro giro expresamente provocado por nuestro Ser Superior para encontrar nuestros defectos y desarrollar las virtudes que los superen.
Por último, destacar que, para Bach, la enfermedad se origina antes en la mente que en el cuerpo físico, al considerar la primera más delicada y sensible, pero las Flores de Bach constituyen una terapia holística que considera a la persona en sus aspectos físico, mental, emocional y espiritual, por lo que siempre actuará en todos estos niveles.
Para el Dr. Bach, el objetivo principal de nuestra existencia en el plano físico es el aprendizaje trascendental, donde prima el desarrollo y la evolución espiritual de la persona.
Partiendo de esta premisa, la enfermedad supone una oportunidad que se nos brinda para retomar nuestro propio camino de aprendizaje y perfección, en los casos en los que nuestra actitud resulta equivocada y nos aparta del mismo.
Según Bach, el Hombre tiene un Alma/Ser Superior que se sirve del cuerpo (en el plano físico) cómo vehículo para aprender todas las virtudes necesarias para avanzar hacia la perfección, guiándole a través de la intuición, el instinto y la conciencia. Mientras el cuerpo siga sus dictados, se mantendrá sano, como una cañería libre de obstrucciones.
Pero cuando la personalidad se desvía de la dirección marcada por el Alma, se genera
un conflicto entre ambas, y este conflicto es la causa que genera la enfermedad (y la infelicidad).
Además de esta disociación entre Alma y personalidad, la enfermedad también se verá propiciada por la existencia de una actitud de atentado hacia cualquier forma de Amor y creación existente, negando el concepto de unión entre todos los seres vivos.
Bach define 7 defectos o actitudes negativas que llevan al conflicto entre Alma y personalidad, y, por ende, el nacimiento de la enfermedad: el Orgullo, la Crueldad, el Odio, el Egoísmo, la Ignorancia, la Inestabilidad/Indecisión/Debilidad, y la Codicia.
Además de estas causas primordiales, Bach también acepta las enfermedades por causas físicas directas, cómo traumatismos, heridas, excesos, etc. Aunque tal vez también podríamos entender estos hechos “fortuitos y externos” cómo otro giro expresamente provocado por nuestro Ser Superior para encontrar nuestros defectos y desarrollar las virtudes que los superen.
Por último, destacar que, para Bach, la enfermedad se origina antes en la mente que en el cuerpo físico, al considerar la primera más delicada y sensible, pero las Flores de Bach constituyen una terapia holística que considera a la persona en sus aspectos físico, mental, emocional y espiritual, por lo que siempre actuará en todos estos niveles.